top of page

Una Carta para Él.

  • Kenny Wisar.
  • 28 sept 2017
  • 2 Min. de lectura

Hola, quiero saber si ¿aun tengo esperanza?...

Sabes, siempre he querido saber cómo fue tu reacción al verme nacer, tus palabras y emoción al observar como mis ojos se abrían, tal vez fueron las mismas palabras que mi mamá canto llorando: "bienvenido" u "hola hijo... te amo", he querido saber cómo te alegrabas de mi por cada centímetro alcanzado, como te sentías orgulloso al ver que aprendí a caminar, abrocharme la cinta del tenis o a un peor para mí, como aprendí andar en bicicleta en mi niñez. He querido saber cómo te sentiste cuando me enteré que Tú me amabas, me encantaría haber visto tu sonrisa cuando hice mi primera oración y escuchaste mi voz alabándote.

Pero sabes, también me gustaría saber cómo te sentiste la primera vez que te falle, que me sentí triste, frustrado, enojado... como me veías al saber que me creía estar en un laberinto sin salida, a un recuerdo lo difícil que era para mí aceptar mi error, aceptar que necesitaba ayuda, y no cualquiera, sino la tuya. Algo que jamás olvidaré es el día que te clame llorando, rendido ante ti, dándote gracias una y otra vez por lo que habías hecho en mi... ¡me hiciste libre!. Ahora he crecido, soy joven, han pasado los años y sigo conociendo de tu palabra, ahora es cuando más percibo tus maravillas, tus obras y sabes, es hermoso para mí, ver cómo las nubes pintan el cielo para ti, ver como los mares danzan y las aves cantan a tu nombre, saber que tal vez cada estrella tiene un nombre por ti, reconocer tu hermosa y perfecta creación... siendo yo, parte de ella. Es hermoso saber a mi edad que estás cuidándome, guiándome por un camino seguro... Dios, a veces, en mi juventud, siento el dolor al caer y si, admito que me equivoco y lo siento mucho, vivir en este mundo a mi edad es difícil, esa parte en la que te encuentras frente a dos caminos y tienes que decidir si vivir en este mundo o en el tuyo. ¿Aún hay esperanza, para mí?

Me encanto tu respuesta... tu alegría, como la del día en que nací, tu orgullo, el mismo que sentiste cuando crecí, tu sonrisa, parecida a la del momento en que te conocí, me fascino oírte decir, "¿No te lo he ordenado yo? ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el SEÑOR tu Dios estará contigo dondequiera que vayas". Se que viste mi reacción, y dime, ¿Qué sentiste cuando me oíste decir, por primera vez?

Te amo Dios.

Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza.

(Jeremías 29:11)

Con mucho cariño, Tu hijo.


 
 
 

Comments


© 2023 por NÓMADA EN EL CAMINO. Creado con Wix.com

  • b-facebook
  • Twitter Round
  • Instagram Black Round
bottom of page